Eve's

Hola a todos!!!

January 23, 2008

Mil y un maneras de medicar a un perro y morir en el intento

Quino, el perro de Adam, es un mastín napolitano que pesa 60 kilos. Generalmente es muy simpático, excepto si intentas tocarle las patas o el hocico, entonces puede ponerse muy odioso.
El pobre Quino se enfermó gravemente este fin de semana porque se le volteó la panza (torsión gástrica). Afortunadamente ya paso la peor etapa y ayer nos dejaron traerlo a casa. Pero no sin antes darnos 101 instrucciones sobre qué debe comer, cuánto debe caminar, y por supuesto una receta de página y media. El pobre perro tiene que tomar 12 medicinas cada 24 hrs, las cuales tuvimos que conseguir en 4 farmacias diferentes, humanas y veterinarias. Además, le tenemos que dar las medicinas en 6 momentos diferentes del día (algunas son cada 24 hrs, otras cada 12 hrs, otras cada 8 hrs y otras cada 8 hrs pero no se pueden dar al mismo tiempo que las primeras...)
Ayer en la noche, nos tocó darle la primera ronda de 6 pastillitas, así nos fue:
  • Round 1: Primero abrimos una lata de comida para perro, hicimos una albóndiga y metimos dentro las primeras dos pastillas y se la dimos al perro, quien se la comió muy feliz.... 30 segundos después escupió las dos pastillas y se fue muy contento, relamiéndose la albóndiga.

  • Round 2: Ja! Nuestro error por supuesto fue dejar la pastilla completa, así que la hicimos polvo aplastándola entre dos cucharas y mezclamos el polvo con una nueva albóndiga. El perro se acerco feliz por su segunda dotación de carne pero tan pronto la olió se dio cuenta de la estafa y se dio media vuelta. Durante media hora le rogamos que la comiera, fingimos que nosotros la comíamos y luego le invitábamos y hasta se la intentamos meter a la fuerza a la boca. Se negó rotundamente a ingerirla.

  • Round 3: Adam tuvo una nueva idea: hacer pequeñas bolitas con la albóndiga, del tamaño de las croquetas. Luego mezclamos las mini-albóndigas con las croquetas y se lo pusimos en su plato. El perro tenía hambre y corrió feliz a su plato, pero tan pronto tomó el primer bocado se dio cuenta de la trampa y se negó a comer más. Intentamos mezclarlo con un poco de agua caliente y ofrecérselo pero el perro solo suspiraba y se voletaba, seguramente pensaba que eramos unos tontos por echar a perder unas croquetas tan ricas...
  • Roudnd 4: Dado el fracaso de darle las pastillas con comida, utilizamos una nueva tanda de pastillas que hicimos polvo y diluimos en agua. Y luego con una jeringa decidimos obligarlo a tragar. Sin embargo Quino no estaba dispuesto a cooperar, y obligar a un perro de 60 kilos a hacer algo contra su voluntad es difícil. El perro cerro sus dientes firmemente y la mayor parte de la mezcla blanca de agua y pastillas terminó en su nariz, sus bigotes y el suelo. Les puedo asegurar que ni una gota llegó a su garganta.
  • Round 5: tomamos una tercera tanda de pastillas, las hicimos polvo y las diluimos en leche de soya (no podía ser leche normal porque su panza está muy delicada) con un poquito de azúcar y se lo ofrecimos. Por supuesto no cayó en la trampa.

Una hora y media después, había medicinas mezcladas con todo tipo de alimentos y bebidas... incluso olía a medicinas, pero nunca logramos que tomara ni media pastilla. ¿Alguien tiene algún consejo? Hay que darle pastillas durante 10 días más y definitivamente tenemos que ser más efectivos.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Mmmmmmm
tal vez podrían envolver la pastilla en algún tipo de comida que no deje salir olores y donde no se mezcle con las propiedades de la pastilla hasta que entre a la barriga de tu perro mimado!

Jejeje

Z

10:58 PM  
Anonymous Anonymous said...

Ya probaron con hipnosis?

Psicología inversa?

Hacerle cosquillas y embutirselo mientras abre el ociquito?

Su sentido del gusto es tan fuerte como el del olfato? Entonces pongale a la carne mucho ajo...

Yo que sé... tennos al tanto!

5:51 PM  

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